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- Sandra Pineda
- Manga
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El reciente "BOOM" del manga en España
En los últimos años, y tras la ya (por fin) menos mencionada pandemia, hemos sido testigos de una evolución y una adaptación exponencial que no había visto el manga en España desde hacia muchos años.
Es innegable que el estar tanto tiempo encerrados en casa motivó a mucha gente a darle una oportunidad a esto del anime y cómo no, en consecuencia, también al manga. Esto ha dado paso a que muchas editoriales comiencen a adquirir licencias de mangas que probablemente sin este empujoncito no se hubieran atrevido a sacar.
Me gustaría sobretodo hacer hincapié en las obras de demografía Shoujo y Josei, que suelen gozar de menos notoriedad cuando se trata de dar noticias.
Aunque en Japón cuentan con revistas especializadas en estos temas como podría ser la Shonen Jump para la demografía shonen o la Hana To Yume para el shoujo y josei, en España aún no tenemos algo tan concreto, aunque sí existen este tipo de revistas de contenido de anime, pero ninguna se especializa en algún tema concreto.
Portada de la Hana to Yume: revista de manga para chicas
Las demografías femeninas en España: Shoujo y Josei
En España, el recorrido del Shoujo empezó con Candy Candy, que si tú quien me lees no sabes que anime es, te perdiste la mejor telenovela animada que podría haber existido, estos dramas ni las series latinas ni las turcas, te lo aseguro.
Pero también le debemos mucho a las CLAMP en la década de los 90, un grupo de mangakas conocidas por obras como Sakura Card Captor, Tokyo Babylon y Chobits entre otras. Obras que sin duda hemos visto publicadas y además gozar de un gran éxito en España. De hecho, a día de hoy podemos encontrar reediciones de estas series, como es el caso de la edición Deluxe de Sakura Card Captor de la mano de Norma Editorial (2019). O también la edición integral de Chobits que sacaron en 2015.
De hecho durante principios de los dos mil, tuvimos un gran crecimiento en el terreno, gracias Ivrea y Glénat principalmente, que trajeron mangas como Tokyo Juliet y Fushigi Yugi respectivamente, y a obras como Vampire Knight (de Panini) que aparecieron en España después del éxito de la Saga Crepúsculo.
Además también debemos mencionar a la grandísima Ai Yazawa con su obra NANA, aunque también se licenció Paradise Kiss, manga que ahora goza de una muy buena reputación y que antes pasaba desapercibida.
Sin embargo, vemos su caída en 2010, claramente el sector estaba afectado por la crisis que estaba sufriendo el país en ese momento. Y las ventas de mangas, y específicamente de Shoujo y Josei se desplomaron.
Actualmente tenemos la suerte de que las editoriales están volviendo a tener en cuenta estas demografías, y además de sacar ediciones nuevas, también están reeditando algunos clásicos como el antes mencionado Paradise Kiss de Ai Yazawa en su edición “Glamour”.
También se reeditará este otoño el manga Vampire Knight gracias a Panini, que contará con un formato ómnibus, es decir, recopilará 3 tomos en uno.
La esperanza de fortalecer el shoujo
Pero también hay obras de shoujo largas que han conseguido consolidarse en el mercado español en los últimos años a pesar de las idas y venidas de la industria como es el caso de Yona, princesa del amanecer (Akatsuki no Yona). Serie que nos narra los esfuerzos de Yona, una princesa exiliada, por recuperar su reino y superar la traición de la persona que amaba. Este manga actualmente cuenta con 36 tomos (este último recién publicado) y que sale cada dos meses.
Y aunque a día de hoy se ha avanzado mucho en este ámbito al traer shoujos y joseis de diferentes géneros, ya sean de comedia, romance, aventuras etc. (porque sí, ser shoujo no implica necesariamente una trama romántica), tanto tratando de recurrir a nuestra infancia como ha hecho Arechi con Pichi Pichi Pitch, o incluso con series de un clásico romance de oficina como es el caso de Que duro es el amor para un otaku, está claro que aún queda mucho por abarcar en este ámbito, pero no tengo la menor duda de que estamos yendo en la dirección indicada.
Ahora solo me queda rezar por tener sitio en la estantería y dinero en la cartera para poder abarcar todo lo que vendrá.
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